miércoles, 8 de septiembre de 2010

Afflec en la mostra

Para los amantes de los patrones, ahí van dos que hemos descubierto a lo largo de esta 67ª edición del Festival de Cine de Venecia. El primero, que el cine americano -sea o no de buena alcurnia- está cuajando muy bien en los míticos canales de la ciudad italiana. El segundo es que cada vez que el glamour intenta apoderarse de las instalaciones del Lido, los dioses deciden aguar la fiesta. Nunca mejor dicho.

Ya pasó cuando la "súper-divina" Sofia Coppola tuvo que refugiarse del señor temporal a su llegada a la Mostra... y exactamente la misma recibida le tenía preparada la imprevisible meteorología a Ben Affleck. Sí, hoy la Sección Oficial se ha tomado un pequeño y más que bienvenido respiro para permitir que el respetable se evadiera con una de estas clásicas películas taquilleras ("cine comercial" lo llamarán algunos). El caso es que, siguiendo los dictados del primer patrón, 'The Town. Ciudad de ladrones' también ha triunfado.

Viendo los inicios artísticos de Ben Affleck, poquísimos hubieran pronosticado que alguna de sus películas levantaría tanta expectación. Pero sucede que en el año 2007, el bueno de Ben tomó la sabia decisión de sentarse detrás de las cámaras para dirigir la muy recomendable 'Adiós pequeña, adiós', y desde entonces ya le vemos todos con diferentes ojos. Tres años después, su segunda aventura como director ha dejado también muy buenas sensaciones.

Muy inspirada según palabras del propio realizador en la italiana 'Gomorra', adaptación de Matteo Garrone de la famosa novela de Roberto Saviano, 'The Town. Ciudad de ladrones' deja los secuestros de su anterior trabajo para centrarse en los atracos de bancos en la ciudad de Boston. Un macguffin narrativo en toda regla para centrarse en las interacciones de unos personajes condicionados por su entorno. Lejos de ser perfecta, ha resultado ser un entretenimiento muy bien facturado, que no ha hecho más que confirmar que los hermanos Affleck (Casey con Joaquin Phoenix y Ben con sus ladrones) están de moda en Venecia.

Y volviendo a la cruda realidad (es decir, allí donde realmente se juegan los grandes premios), Abdel Kechiche ha presentado 'Vénus noire' (Venus negra), durísima cinta sobre el caso real de Saartjie Baartman, mujer surafricana que, debido a sus extraordinarias proporciones, fue exhibida como un animal en los llamados ''zoológicos humanos'' a lo largo del siglo XIX. Áspera reflexión sobre el racismo que a lo largo de tres horas va mostrando innumerables veces el show/tortura al que fue sometida Baartman, para que el espectador pueda reflexionar, juzgar o, dependiendo del caso, verse retratado en este horror. Sólo apta para las mentes más fuertes.

Por último, la octava jornada de la 67ª edición de la Mostra nos ha legado 'Attenberg', película griega dirigida por Athina Rachel Tsangari, la que fue productora de la gran sorpresa helena del año pasado: 'Canino'. Precisamente la celebrada cinta de Giorgos Lanthimos (que aquí ejerce de actor) se torna en el mayor enemigo de la que ahora nos concierne, ya que su todavía fresco recuerdo ha eclipsado la propuesta de Tsangari, que también nos habla del aislamiento de una forma muy peculiar, a través de una chica de veintitrés años que no se siente para nada identificada con la humanidad. Originalidad que paradójicamente huele a déjà vu. Mal asunto.