Así es la vida de un escorpióncanguroranapollopersona.
Sí, ya se que la crítica que tocaba era la de ‘The girlfriend experience’, dadme un par de horas y la publico, primero ésta.
Dirigida por Vincenzo Natali y protagonizada por Adrien Brody, Sarah Polley
y Delphine Chanéac, Splice es un extraño híbrido (Y de híbridos va la cosa)
entre ‘Species’ de Roger Donaldson y ‘La Mosca’ de David Cronenberg, que no
cumple con lo que vende, pero no deja de ser un entretenimiento curioso para
las tardes aburridas aunque se pasa de rosca y se desvía por completo hacia
situaciones que rozan el absurdo haciendo que flojee completamente en mas de
una ocasión.
Lo cierto es que la cinta es una chorrada seudo científica que se divide en
dos partes claramente diferenciadas que varían de género cinematográfico sin
ningún tipo de puente entre ellos, simplemente te das cuenta de una escena a
otra que la cosa ha cambiado de lo que en realidad parece una introducción
explicatoria del experimento y las emociones que desata en los científicos
(Brody y Polley), la deseada maternidad de ella y las dudas al respecto de él
que terminan variando hacia una extraña y perturbadora relación que podría
describirse como incestuosa; y se va convirtiendo en lo que parece ser una
cinta mas de terror simplón con monstruos descontrolados y un final abierto
claramente enfocado a una segunda parte que bien podría tener el mismo
argumento que la secuela de ‘La Mosca’ dirigida por Chris Walas en 1989.
Antes de seguir voy a hablaros un poco de lo que trata la película por si no
lo sabéis ya. La cosa es la siguiente: dos científicos bioquímicos, Clive y
Elsa, trabajan en un experimento en el que tratan de crear variaciones de
organismos vivos entrecruzando ADN de diferentes especies existentes. Al
lograrlo con éxito deciden ir mas allá y de forma clandestina combinan series
de genes humanos con animales, el resultado, una extraña criatura llamada Dren
que poco a poco deja de ser un experimento para formar parte de la vida de la
pareja, lo que les hace perder la perspectiva mediante un proceso mental y
sentimental que no termina de quedar claro.
Natali incluye en el film un elemento pocas veces utilizado en éste tipo de
producciones, sexo y deseo, aunque da la sensación de que no ha sabido
encajarlo dentro del marco de la película quedando suspendido en el aire sin
que el espectador termine de comprender de donde viene. Una criatura sexuada con
apetitos y pasiones muy pocas veces mostrada en el género, salvando excepciones
como ‘Frankenstein creó a la mujer’ de Terence Fisher donde Frankenstein y el
Dr. Hertz resucitan a una mujer transfiriéndole el alma de su amante muerto. Al
contar con éste elemento el director se mete en “terreno cenagoso” y hace
oscilar la película entre lo morbosamente atrevido y lo ridículo.
A medida que transcurre el tiempo en la cinta Dren va evolucionando al más
puro estilo Pokémon transformándose en un engendro ávido de afecto y
experiencias que traerá problemas a sus “padres”, hasta que se convierte en una
máquina perfecta, descontrolada y violenta que finiquita los últimos minutos de
la película de forma totalmente desacertada. El director no ahonda en los detalles
vitales de la evolución de la criatura ni en la sicología de los personajes,
simplemente van cambiando su estado emocional, y físico en el caso de Dren, sin
dar explicación ninguna, salvo tal vez en el caso de Elsa, ya que intuimos que
su comportamiento viene dado por ciertos acontecimientos de su pasado y su
relación con su madre que el espectador tiene que imaginar por sí mismo. Creo
que ese es uno de los grandes fallos de la película
Como siempre concluyendo he de decir que aunque Splice ha sido bastante
vapuleada por la crítica a mi me ha parecido un interesante reflejo de hacia
donde puede llegar la ambición de la experimentación científica y un grato
pasatiempo sin muchas pretensiones. Recomendada a quienes quieran simplemente
ver una película por puro entretenimiento.
El pecado: Convertir a la preciosa Delphine Chanéac en una criatura
que cuanto menos da grima.
El ¡“Por cierto...!: Clive y Elsa no son
nombres escogidos al azar, en realidad son una clara referencia a ‘La novia de
Frankenstein’ (1935) de James Whale, donde los actores protagonistas fueron
Colin Clive y Elsa Lanchester.