El ser humano es débil, sales a comprar porque no queda leche, vas al súper
y cuando te das cuenta llevas de todo menos leche, miras la cesta y hay cuatro
kilos y medio de chocolate en forma de Toblerone, dos juegos de vasos de
chupito con la cara de Betty Boop, una colchoneta de playa naranja fosforita y
condones con sabores, vuelves a casa con la intención de no comprar nada mas
pero por el camino ves unas botas altas de cuero que quedan geniales con esa falda
que compraste ayer cuando ibas a por sal y te gastas una pasta pero no importa
porque te encantan y sigues tu camino feliz. Sabes que tienes que ir
rápidamente a casa porque ya llegas tarde y la vida de un gatito depende de que
le lleves la leche, pero te encuentras de repente con ese chico tan mono o esa
chica con la que sueñas por las noches y decides que tienes tiempo para surgir
y lo que folle. Así vuelves al hogar siete horas y media después de salir con
todo lo que has comprado y cara de orgasmo mientras el pobre gatito te espera
en la cocina abrazado a su cacharro de la comida con los ojitos entrecerrados y
a medio desnutrir. Definitivamente el ser humano es débil.
Fui a comprar leche y no volví a casa al año siguiente con medio H&M, ni
el chocolate, yo volví con un par de pelis, 'El luchador' que ya vi en cine
pero no me dio la gana comentarla y otra más, la que comento en este post 'El
imaginario del doctor Parnassus' que entre otras cosas trata el tema de la
debilidad del espíritu humano. Pero no os preocupéis, ningún gatito sufrió.
'El imaginario del Doctor Parnassus' es una película dirigida por Terry
Gilliam en 2009 donde vemos una historia particular que gira en torno a un
circo ambulante cuyo líder, el Doctor Parnassus, mediante un trato con el
Diablo, hace pasar a los miembros de su audiencia a través de un espejo mágico
para explorar su imaginación y sus deseos y poder así captar su alma.
Gilliam nos trae una película caótica que no ha sabido equilibrar, escasa
originalidad y visual en exceso, demasiado cargante para el espectador y hace
que la actuación de los actores se oculte tras un montón de luces, colores
chillones e imágenes abrumadoras que recuerdan mucho a 'Charlie y la fabrica de
chocolate' y que se combinan con un argumento pobre que flojea y parece
sostenerse con pinzas en mas de una ocasión.
La película se encontró marcada por la muerte de uno de los protagonistas,
el ganador de un Oscar póstumo al mejor actor de reparto por su papel de Joker
en 'El caballero Oscuro' -Absolutamente inmerecido-, Heath Ledger, quien
falleció antes de poder rodar las escenas finales de la película, lo que supuso
un enorme problema de producción que solventó gracias al truco del espejo
mágico, uno de los pilares argumentales de la cinta, y el papel de Legder fue
interpretado por Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell, mismo personaje
distintas realidades. Una forma de poder estrenar la cinta resolviendo un
problema irresoluble y de forma cutre y poco ortodoxa. Con un final que no
termina de encajar.
Igual que hice con 'Anticristo' de Lars von Trier no puedo calificar ésta
película mas que de paja mental, pretenciosa y absurda. Un buen proyecto en
malas manos,
Terry Gilliam no ha sabido estar a la altura de una historia que podía
haber tenido mucho potencial.