sábado, 14 de marzo de 2009

Los horribles bodrios que tanto amamos: Titanic

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...y MAL CINE

Algo curioso ocurre en el mundo del cine, la mayoría de las películas que se estrenan tienen mas o menos éxito dependiendo de los títulos de crédito, esto hace que impresionantes bodrios y coñazos insoportables se oculten detrás de mediáticas personalidades que generan cifras millonarias, atraen el favor de la crítica y reciben, en ocasiones, inexplicables lluvias de premios.

En 1997 se estrenaría Titanic, que hubiera pasado sin pena ni gloria como cualquier película romántica y empalagosa de no ser porque su director James Cameron vio en el tándem Winslet-DiCaprio una máquina de hacer dinero y lograr un éxito que no hubiera conseguido de ningún otro modo ya que no sería mas que otra historia de amor lacrimógeno.
Combinar un director con nombre de éxito, dos actores rentables, una historia basada en unos hechos que conmovieron al mundo como es la del mítico trasatlántico, y sobresaturar al personal con una inolvidable pero prescindible banda sonora por cuenta de la pastelosa Celine Dion dan como resultado una de las películas mas taquilleras de la historia, una avalancha de premios, incluyendo 11 Oscar de 14 nominaciones, por supuesto la admiración de la crítica internacional, y 56 millones de copias vendidas en sus primero meses en las tiendas.
A riesgo de recibir amenazas y alguna piedra, tengo que decir que no hay nada memorable en esta película salvo quizá el magnífico espectáculo visual que presta.