A menudo algunas películas de terror nos dan perturbadoras canciones infantiles, como la famosa melodía que cantaban los niños de Elm Street, pero sin duda la menos infantil de las canciones infantiles es la que nos presenta Dario Argento en 'Insomnio'.
Y yo que pensaba que el Chad Gadya era bestia.
Y yo que pensaba que el Chad Gadya era bestia.
Ya es media noche,
en mi cama doy vueltas y vueltas,
así fue como empezó mi guerra con las bestias de la tierra.
Una de la mañana,
el granjero como un niño ilusionado se prepara,
al cerdo de un golpe el cuello secciona
y victorioso la batalla abandona.
Y dieron las dos,
el gallo canto su canción,
el instrumento que su dulce canto entona
prolongado placer proporciona.
Las tres son ya,
el granjero al pollito va ha estrangular,
dice que no le deja dormir,
ahora en su cama ni pío va ha oír.
Cuatro de la mañana,
la gatita a la puerta llama,
en agua helada doy un baño al bicho
y lo ahogo por puro capricho.
Y al dar las cinco aplastado vivo queda el conejito,
con sus dientes de conejo mordió y peleó
pero al final de nada le sirvió.
Y a las seis de la mañana,
el largo cuello al cisne arranca,
cuando su misión haya cumplido
sabe que habrá muerto su último enemigo.
Llega el alba,
el granjero cansado se acuesta en su cama,
todas sus armas ha recogido
y podrá irse a dormir tranquilo.
Insomnio
Non ho sonno. 2001
Dario Argento