Mosntruos, zombies, asesinos en serie, vampiros, mutantes, alienigenas, plagas, y demás bichos vuelven a invadir Cataluña porque desde hoy, y hasta el próximo 12 de Octubre se celebra la 42 del Festival de Cine Fantástico de Sitges, donde además se conmemorará el 30 aniversario del estreno de laya mítica "Alien: El 8º pasajero".
El terror está servido. El 42 Festival de Cine Fantástico de Sitges arrancó ayer con un programa de miedo, especialmente recomendado para los nostálgicos del género. El certamen rendirá homenaje a los 30 años de la tetralogía 'Alien' con una proyección de la primera película de la saga y con la presencia de su productor, Walter Hill. Habrá premios honoríficos para dos monstruos de la interpretación, el actor británico Malcolm McDowell, protagonista de la escalofriante 'Naranja Mecánica' de Kubrick, y el apuesto Viggo Mortensen, que cerrará el festival con la presentación de su última película, 'The Road', aclamada por la crítica tras su paso por la Mostra de Venecia.La española '[REC] 2' se encargó de estrenar una edición que aglutinará más de 200 producciones del cine fantástico y de terror. Jaume Balagueró y Paco Plaza presentaron la segunda entrega de esa gamberra historia de zombis atrapados en el Eixample barcelonés, que llegará a finales de octubre a las salas. Ayer, cautivó al público con escenas hilarantes. De que ese éxito se repita en taquilla dependen la tercera entrega de la saga y el próximo lanzamiento de un videojuego.
El cine español está también representado por 'Celda 211', de Daniel Monzón; 'Ingrid', de Eduard Cortés; 'Hierro', del debutante Gabe Ibáñez; 'The Frost', de Ferran Audí, y 'Orphan', de Jaume Collet-Serra.
Será ésta una edición marcada por una «gran variedad de películas dentro del género fantástico», según explicó el director del festival, Ángel Sala, y en la que tendrá una especial importancia el espacio dedicado al cine en 3D.
La crisis económica ha hecho mella en Sitges, «como ha pasado con el resto de festivales», según reconocen los organizadores. Pero este recorte en el presupuesto -ajustado este año a 3,5 millones de euros- «no ha influido en la calidad artística del certamen» porque, «por suerte, no existe crisis artística ni de talento», sentenció Sala.
Visto aquí