"Después de la rebelión quedan en pie la mitad de los hornos y nos llevan a todos hasta allí. Yo me quemo, muy rápido. La primera parte de mi se eleva en un denso humo que se mezcla con el humo de los demás, luego quedan los huesos que se convierten en ceniza, barren las cenizas para llevarlas hasta el río, y al final, quedan motas de nuestro polvo flotando en el aire mientras el nuevo grupo trabaja. Esos fragmentos de polvo son grises, nos depositamos en sus zapatos, y en sus caras, y en sus pulmones, y se acostumbran tanto a nosotros que pronto ni tosen, ni se esfuerzan en quitársenos de encima cepillándose la ropa, llegados a este punto sólo se mueven, respiran y se mueven como cualquier otro aun vivo en este lugar. Y así es como el trabajo continua."
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Magnífica escena final de La Zona Gris, película que cuenta como los grupos del
Sonderkommando planean la destrucción de los crematorios de Auschwitz