martes, 4 de noviembre de 2008

¿Qué estamos haciendo con el cine?

La cinta israelí Polo de limón (1978) abrió, sin pretenderlo, las puertas al desastre presentando a un grupo de niñatos que descubren la sexualidad y las ladillas de la mano de una prostituta y de una mujer un tanto desequilibrada, todo ello dentro de dentro de una escasa línea argumental agria y romanticona que cuenta, como suele ocurrir con el cine israelí, con cierto aire moralista que transforma la película en un drama lacrimógeno lleno de conflictos y desacertadas segundas oportunidades.
Polo de limón habría sido un titulo mas, olvidado como otros muchos de no haber inspirado el, ya clásico, Porky's (1982), que cuenta con los mismos niñatos, pero algo menos niños, y la misma sobredosis de hormonas y situaciones sexualmente absurdas, aunque no incluye el intento de evolución de los protagonistas como su predecesora.

Así fue como comenzó la odiosa decadencia del cine de humor, con la llamada Comedia Adolescente que nos ha dejado joyas como American Pie (1999) y otros títulos tan mediocres como prescindibles, al igual que ocurre con las parodias que ahora mismo han logrado alcanzar el punto mas alto del ridículo que comenzó con el unifacético Leslie Nielsen y sus Loquesea como puedas para que posteriormente alguien escupiría Scary Movie (2000) que va camino de tener mas secuelas que 'En busca del valle encantado' Y de ahí, y tras algunas películas mas de esas que insultan la inteligencia, llegamos a la recién estrenada 'Disaster Movie' (2008)

Ahora me pregunto dónde ha quedado la auténtica comedia, la que nos dejaron los Monty Python con su inolvidable El sentido de la vida (1983) o La vida de Brian (1979). Qué ha sido de nombres como Roberto Benigni, autor de 'La vida es bella' considerado como "Il capo di capi" de la comedia italiana. O qué fue de títulos españoles como El bosque animado (1987) o Amanece que no es poco (1998).

Por el bien del cine, y de aquellos a quienes nos obsesiona, dejemos de producir films como Dos colgao muy fumaos (2004) o Colega, ¿Dónde está mi coche? (2000). Erradiquemos la comedia para adolescentes y las parodias patontos y cerebrosimples. Volvamos a la comedia gafapasta de John Cleese.


¡Recuperemos el auténtico cine de humor coñe!

Ala, ya lo he dicho, ahora me voy al cine a disfrutar de las palomitas.